La tarde , que va camino de la noche es incapaz de salir de la flama que la envuelve , y en su bochornosa quietud aguarda sin respuesta que de cualquier callejon de los que suben de la vega venga , siquiera al trote , el fresco que le enmiende la cara al atardecer . No hay horas en el pueblo , ni las hay en el juego infantil en las plazoletas y calles , la juventud sacrifica sueño de cama por sueño de ronda , cerca de la niña que le gusta , seguirla desde el paseo a su casa , para dejarle unas palabras que pretenden escriturarle el corazon , o siquiera alquilarselo durante el verano .
martes, 5 de julio de 2011
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