jueves, 29 de abril de 2010

TORO



Una madre de castas asentada en el fondo de las duelas del tiempo. No se de donde vengo. Nadie en verdad lo sabe. A mi sangre primera quiza le picara un tabano de luna que le dejo por dentro este mar incendiado y oscuro. Y como el vino, puedo encender una fiesta o dejar sobre el hule-borrachera de muerte a quien no haya sabido beberme con respeto, a quien se descuidara de mis tragos mortales, a quien se le subiera mi vino a la cabeza. Soy el toro de españa, el bravo que ha creado a su alrededor un mundo donde tiemblan la espada y las encinas. Un mundo estremecido de hombres que se dejan la edad pronunciando mi nombre, se que es solo por mi que se extiende el campo y se aparta el cemento, se agrupan las encinas, se levanta la yerba, yo soy el caballete de los espulgabueyes. El campo que yo impongo no es un erial acorralado: crece la vida en mi y en cuanto me rodea. Mi vida exige vida, aire, sol, agua, espacio, verdor, sombra, silencio, pastizales abiertos, noches en las que solo se mueven los atrevidos luceros en el azul sin fondo y una luna que se muestra como un ruedo de estaño, como tarde dividida en alto sol y sombra. He sentido sobre mi lomo las flores del aplauso y las puyas invisibles de mis contrarios, pero soy la estampa mas completa de los lienzos cuarteados de las pinacotecas, el ritmo de la musica que ensarta pasodobles, y soy bronce o soy piedra cuando llegan las manos a copiar mi figura. Acepto mi suerte de bravo de pelea, de bravo que prefiere una recta rubrica de estoques, antes que una vejez de sangre sin respuesta. Yo tengo mis defensas, nadie amarra mi suerte, y mis astas no tienen jamas misericordia, si la carne se pone donde el error la lleva. Si a mi no me dejaran vivir en ese pozo que levanta triunfos, o doloroso remolino que ensarta cuanto alcanza, vagaria sin sexo, eunuco de dehesas, afeminando el campo que es varon por mi nombre. Y soy mas inmortal cuanto mas muero.

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